La alta presión sanguínea o hipertensión aumenta el riesgo de infarto, lesión cardiaca y problemas en el riñón. Todavía no conocemos perfectamente por qué se produce este aumento exagerado de la presión sanguínea.
Pero si sabemos que suele estar relacionada con el metabolismo del azúcar, obesidad y falta de ejercicio.
El ejercicio es un de los mejores métodos para disminuirla en la mayoría de las personas. En casi todos los pacientes la reduce hasta niveles normales. La mayoría de los estudios demuestran que el ejercicio de intensidad baja a moderada es mejor que los esfuerzos intensos. Incluso simples caminatas disminuyen la presión sanguínea en reposo a las 24 horas.
Los pacientes que hacen ejercicio para controlar la presión arterial también pierden peso, mejoran la sensibilidad a la insulina, reducen la grasa en sangre y fortalecen el corazón.