A pesar de que la idea de “una copita de vino es saludable”, culturalmente asociada a por ejemplo la dieta mediterránea…, cada vez más estudios confirman que aquello no es así.
Como entrenador personal me consultan muchas veces sobre cómo el alcohol puede afectar al rendimiento físico pero esta vez vamos a hablar de cómo afecta a la calidad del sueño.
J. Pietila et al. llevaron a cabo un estudio para relacionar el consumo de alcohol con la capacidad del sistema nervioso durante el sueño y llegaron a estas conclusiones:
- Pequeñas cantidades de alcohol, menos de 2 vasos de vino para hombres o uno para mujeres al día, reducen la calidad el sueño en un 9%.
- Cantidades moderadas, como 2 vasos de vino para hombres o uno para mujeres al día, reducen la calidad del sueño en un 24%.
- Y lo que se considera cantidades elevadas, más de 2 vasos de vino para hombres o uno para mujeres al día, eleva la pérdida de calidad del sueño hasta el 39%.
Esta reducción de la calidad del sueño se ha centra básicamente en:
1. La regulación parasimpática (o capacidad del cuerpo para relajarse) se reduce,
2. La regulación simpática aumenta. Es la que nos mantiene en alerta y estresados. Y,
3. La capacidad de recuperación cardiovascular especialmente es menor.
Estos efectos son muy similares tanto en hombres y mujeres y en personas sedentarias como activas.
La conclusión del estudio está en la frase “cuanto más bebes, peor descansas”. Por otro lado, nos recomiendan dejar de beber alcohol unas cuatro horas antes de ir a dormir para minimizar los efectos adversos.
El estudio se llevó a cabo en 4100 personas, el 55% de la muestra eran mujeres y la edad media de los participantes de 45,1 años. Dejan claro que en las edades más jóvenes de la muestra los efectos negativos eran iguales a los de mayor edad.
Ya sabes… si quieres descansar, y especialmente si quieres recuperarte de un día duro, de una sesión de entrenamiento intensa… mejor no bebas.